«Lo primero que hace un hombre es establecer lo ortogonal frente a sí, arreglar, poner en orden, ver claro frente a si (...) El hombre, afirmo, se manifiesta por el orden (...) lucha contra la naturaleza para dominarla (...) El hombre solo trabaja sobre geometria (...) Si me hubiesen dicho que trazase algo sobre una pared, me parece que habría trazado una cruz, que está hecha de cuatro ángulos rectos, que es una perfección que lleva en sí algo divino y que es, al mismo tiempo, una toma de posesión de mi universo, porque en los dos ejes, apoyo de las coordenadas con las que puedo representar el espacio y medirlo».
Le Corbusier, «El espíritu nuevo en arquitectura» (1924), citado por Ramón Rodriguez Llera (2006).